Soy un mal
padre…
Estoy
conciente que soy un mal padre
El peor…un
sátrapa salvaje
Alguien que
jamás mereció haber concebido
Pero aun
así Dios me bendijo
Y puso a mi
cuidado
La
responsabilidad divina de tres hijos.
Y ahí estoy,
Yo, el tal
bendecido
Desde antes
que nacieran
Preocupado
por su destino
Aun tengo
gravados en un rincón del alma
Las noches
aquellas cuando me dijo mi amada esposa
__Ándale
Francisco, ya es hora…la cigüeña nos llama.
Y córrele,
apúrale que duele, que ya viene, que ya no tarda.
Pero nada, los
tres igual de canijos
Como se
tardaron mis tres hijos
Nos
nacieron ya muy entrada la madrugada.
Pero igual,
aun recuerdo aquel escalofrío
Aquel
sentir tan bello y profundo
Cuando
hasta mí llegaba el sonido de su primer llanto
Como si me
gritaran…Papá, ya llegamos al mundo
En las tres
ocasiones lo mismo…
Me
estremecía y aunque quisiera evitarlo
Emocionado
una lágrima corrió por mi mejilla.
Que feliz
fui siendo padre…
Que feliz
mientras fueron niños.
Eran…tres
juguetes vivientes
Tres
hermosas mentes maleables
Esas mentes
a las cuales
Posiblemente
por mi maldad de padre
Llené de
fantasías ahora entrañables.
Aaah que
navidades aquellas
Cuando
Santa Clos existía.
A mi casa venían noche a noche
Sherezada,
el joronchi, los principes herederos
Los sapos,
las princesas, los simpáticos ladrones
Y aquel
personaje que aun casi lo siento presente
Recuerdo
que lo llamábamos el sirviente
Fanfarrón,
tranza, chantajista y muy, pero muy divertido.
Lo juro…ese
sirviente me hacía muy feliz
No cabe
duda, mi pequeña era toda una actriz
Pero soy un
mal padre….el peor de todo el mundo.
En mi
estúpida ignorancia creí
Que los
estaba guiando de la mejor manera
Que siempre
serían cariñosos
Amables,
bondadosos
Que siempre
serían obedientes
Que nunca
responderían a mis regaños
Pues solo
yo…tenía razón en todo
Un día de
golpe llegó la adolescencia
Como un
viento huracanado y destructivo
Hasta ese
momento yo llevaba a mis hijos de la mano
A la par…
marcando el mismo camino
Pero se
fueron soltando poco a poco
Con
desesperación vi que aparecieron nuevas sendas
Y que ellos
empezaron a formar su propio destino.
Por mas que
de mi pecho siguieron brotando los consejos
Ellos mas y
mas se alejaban hasta llegar tan lejos
Que mis
palabras caían como frutas podridas
Al tronco
del árbol ya viejo.
Me volví
obsoleto
Incoherente,
vetusto, rancio, añejo.
Y sin
manera alguna para remediarlo
Aquel padre
bueno que ellos tenían
Poco a poco
se volvió en un padre malo…muy malo.
Que no los
entendía…
El viejo no
comprendía
Que ellos
eran jóvenes y que se querían comer el mundo
Y nacieron
las discusiones, los enfados, las amenazas
El dolor de
verlos irse de casa
Ese dolor
que nunca cicatriza.
Ver que
ellos caminaban con tanta prisa
Mientras
yo…marchaba cada día mas cansado.
A Dios
gracias mis tres hijos me salieron buenos
A Dios
gracias, cuando menos
No han
conocido cárcel, ni centros de rehabilitación
No llenan
su sangre de drogas ni fuman toxinas
No son una
carga para la sociedad
Los tres
conocieron la universidad
Y aunque yo
haya sido un pésimo padre
Me siento orgulloso
de mis cachorros.
Ahora yo
estoy solo
Me siento
muy solo
Mis hijos
me crecieron muy pronto
Dejándome
enredado en mis historias
Ya no tengo
con quien desfogar mis fantasías
Añorando
aquellos mis felices días
Cuando eran
mis juguetes
Cuando
tenía a mi sirviente.
En cambio
solo me queda el remordimiento
El triste
presentimiento
De que no
los eduqué al cien por ciento
Sintiendo
que fallé en algo,
Que ni
siquiera se que fue
Con un
miedo enorme que me tortura
Que me
mata, que me hace temblar
Al imaginar
que mis hijos puedan llegar al fracaso.
Sufro al
pensar que no supe guiarlos
Por el
camino de la victoria
Pues mientras ellos no lleguen a la cumbre
Sentiré que
ese fracaso es solo mío
Y temo que
llegue el día
Que me
reprochen que ha sido por mi culpa
Porque fui
un mal padre
El peor de
todos
Pero lo
juro ante Dios mismo
Yo solo
quiero
Lo mejor
para mis hijos…
Porque los
amo, mas que nadie en el mundo.
Francisco
Rodríguez