domingo, 15 de junio de 2014

Soy un mal padre...


Soy un mal padre…

 

Estoy conciente que soy un mal padre

El peor…un sátrapa salvaje

Alguien que jamás mereció haber concebido

Pero aun así Dios me bendijo

Y puso a mi cuidado

La responsabilidad divina de tres hijos.

 

Y ahí estoy,

Yo, el tal bendecido

Desde antes que nacieran

Preocupado por su destino

 

Aun tengo gravados en un rincón del alma

Las noches aquellas cuando me dijo mi amada esposa

__Ándale Francisco, ya es hora…la cigüeña nos llama.

Y córrele, apúrale que duele, que ya viene, que ya no tarda.

 

Pero nada, los tres igual de canijos

Como se tardaron mis tres hijos

Nos nacieron ya muy entrada la madrugada.

 

Pero igual, aun recuerdo aquel escalofrío

Aquel sentir tan bello y profundo

Cuando hasta mí llegaba el sonido de su primer llanto

Como si me gritaran…Papá, ya llegamos al mundo

En las tres ocasiones lo mismo…

Me estremecía y aunque quisiera evitarlo

Emocionado una lágrima corrió por mi mejilla.

 

Que feliz fui siendo padre…

Que feliz mientras fueron niños.

Eran…tres juguetes vivientes

Tres hermosas mentes maleables

Esas mentes a las cuales

Posiblemente por mi maldad de padre

Llené de fantasías ahora entrañables.

 

Aaah que navidades aquellas

Cuando Santa Clos existía.

A  mi casa venían noche a noche

Sherezada, el joronchi, los principes herederos

Los sapos, las princesas, los simpáticos ladrones

Y aquel personaje que aun casi lo siento presente

Recuerdo que lo llamábamos el sirviente

Fanfarrón, tranza, chantajista y muy, pero muy divertido.

Lo juro…ese sirviente me hacía muy feliz

No cabe duda, mi pequeña era toda una actriz

 

Pero soy un mal padre….el peor de todo el mundo.

En mi estúpida ignorancia creí

Que los estaba guiando de la mejor manera

Que siempre serían cariñosos

Amables, bondadosos

Que siempre serían obedientes

Que nunca responderían a mis regaños

Pues solo yo…tenía razón en todo

 

Un día de golpe llegó la adolescencia

Como un viento huracanado y destructivo

Hasta ese momento yo llevaba a mis hijos de la mano

A la par… marcando el mismo camino

Pero se fueron soltando poco a poco

Con desesperación vi que aparecieron nuevas sendas

Y que ellos empezaron a formar su propio destino.

 

Por mas que de mi pecho siguieron brotando los consejos

Ellos mas y mas se alejaban hasta llegar tan lejos

Que mis palabras caían como frutas podridas

Al tronco del árbol ya viejo.

Me volví obsoleto

Incoherente, vetusto, rancio, añejo.

Y sin manera alguna para remediarlo

Aquel padre bueno que ellos tenían

Poco a poco se volvió en un padre malo…muy malo.

 

Que no los entendía…

El viejo no comprendía

Que ellos eran jóvenes y que se querían comer el mundo

Y nacieron las discusiones, los enfados, las amenazas

El dolor de verlos irse de casa

Ese dolor que nunca cicatriza.

Ver que ellos caminaban con tanta prisa

Mientras yo…marchaba cada día mas cansado.

 

A Dios gracias mis tres hijos me salieron buenos

A Dios gracias, cuando menos

No han conocido cárcel, ni centros de rehabilitación

No llenan su sangre de drogas ni fuman toxinas

No son una carga para la sociedad

Los tres conocieron la universidad

Y aunque yo haya sido un pésimo padre

Me siento orgulloso de mis cachorros.

 

Ahora yo estoy solo

Me siento muy solo

Mis hijos me  crecieron muy pronto

Dejándome enredado en mis historias

Ya no tengo con quien desfogar mis fantasías

Añorando aquellos mis felices días

Cuando eran mis juguetes

Cuando tenía a mi sirviente.

 

En cambio solo me queda el remordimiento

El triste presentimiento

De que no los eduqué al cien por ciento

Sintiendo que fallé en algo,

Que ni siquiera se que fue

Con un miedo enorme que me tortura

Que me mata, que me hace temblar

Al imaginar que mis hijos puedan llegar al fracaso.

 

Sufro al pensar que no supe guiarlos

Por el camino de la victoria

Pues  mientras ellos no lleguen a la cumbre

Sentiré que ese fracaso es solo mío

Y temo que llegue el día

Que me reprochen que ha sido por mi culpa

Porque fui un mal padre

El peor de todos

Pero lo juro ante Dios mismo

Yo solo quiero

Lo mejor para mis hijos…

Porque los amo, mas que nadie en el mundo.

 

Francisco Rodríguez

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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