domingo, 15 de junio de 2014

Soy un mal padre...


Soy un mal padre…

 

Estoy conciente que soy un mal padre

El peor…un sátrapa salvaje

Alguien que jamás mereció haber concebido

Pero aun así Dios me bendijo

Y puso a mi cuidado

La responsabilidad divina de tres hijos.

 

Y ahí estoy,

Yo, el tal bendecido

Desde antes que nacieran

Preocupado por su destino

 

Aun tengo gravados en un rincón del alma

Las noches aquellas cuando me dijo mi amada esposa

__Ándale Francisco, ya es hora…la cigüeña nos llama.

Y córrele, apúrale que duele, que ya viene, que ya no tarda.

 

Pero nada, los tres igual de canijos

Como se tardaron mis tres hijos

Nos nacieron ya muy entrada la madrugada.

 

Pero igual, aun recuerdo aquel escalofrío

Aquel sentir tan bello y profundo

Cuando hasta mí llegaba el sonido de su primer llanto

Como si me gritaran…Papá, ya llegamos al mundo

En las tres ocasiones lo mismo…

Me estremecía y aunque quisiera evitarlo

Emocionado una lágrima corrió por mi mejilla.

 

Que feliz fui siendo padre…

Que feliz mientras fueron niños.

Eran…tres juguetes vivientes

Tres hermosas mentes maleables

Esas mentes a las cuales

Posiblemente por mi maldad de padre

Llené de fantasías ahora entrañables.

 

Aaah que navidades aquellas

Cuando Santa Clos existía.

A  mi casa venían noche a noche

Sherezada, el joronchi, los principes herederos

Los sapos, las princesas, los simpáticos ladrones

Y aquel personaje que aun casi lo siento presente

Recuerdo que lo llamábamos el sirviente

Fanfarrón, tranza, chantajista y muy, pero muy divertido.

Lo juro…ese sirviente me hacía muy feliz

No cabe duda, mi pequeña era toda una actriz

 

Pero soy un mal padre….el peor de todo el mundo.

En mi estúpida ignorancia creí

Que los estaba guiando de la mejor manera

Que siempre serían cariñosos

Amables, bondadosos

Que siempre serían obedientes

Que nunca responderían a mis regaños

Pues solo yo…tenía razón en todo

 

Un día de golpe llegó la adolescencia

Como un viento huracanado y destructivo

Hasta ese momento yo llevaba a mis hijos de la mano

A la par… marcando el mismo camino

Pero se fueron soltando poco a poco

Con desesperación vi que aparecieron nuevas sendas

Y que ellos empezaron a formar su propio destino.

 

Por mas que de mi pecho siguieron brotando los consejos

Ellos mas y mas se alejaban hasta llegar tan lejos

Que mis palabras caían como frutas podridas

Al tronco del árbol ya viejo.

Me volví obsoleto

Incoherente, vetusto, rancio, añejo.

Y sin manera alguna para remediarlo

Aquel padre bueno que ellos tenían

Poco a poco se volvió en un padre malo…muy malo.

 

Que no los entendía…

El viejo no comprendía

Que ellos eran jóvenes y que se querían comer el mundo

Y nacieron las discusiones, los enfados, las amenazas

El dolor de verlos irse de casa

Ese dolor que nunca cicatriza.

Ver que ellos caminaban con tanta prisa

Mientras yo…marchaba cada día mas cansado.

 

A Dios gracias mis tres hijos me salieron buenos

A Dios gracias, cuando menos

No han conocido cárcel, ni centros de rehabilitación

No llenan su sangre de drogas ni fuman toxinas

No son una carga para la sociedad

Los tres conocieron la universidad

Y aunque yo haya sido un pésimo padre

Me siento orgulloso de mis cachorros.

 

Ahora yo estoy solo

Me siento muy solo

Mis hijos me  crecieron muy pronto

Dejándome enredado en mis historias

Ya no tengo con quien desfogar mis fantasías

Añorando aquellos mis felices días

Cuando eran mis juguetes

Cuando tenía a mi sirviente.

 

En cambio solo me queda el remordimiento

El triste presentimiento

De que no los eduqué al cien por ciento

Sintiendo que fallé en algo,

Que ni siquiera se que fue

Con un miedo enorme que me tortura

Que me mata, que me hace temblar

Al imaginar que mis hijos puedan llegar al fracaso.

 

Sufro al pensar que no supe guiarlos

Por el camino de la victoria

Pues  mientras ellos no lleguen a la cumbre

Sentiré que ese fracaso es solo mío

Y temo que llegue el día

Que me reprochen que ha sido por mi culpa

Porque fui un mal padre

El peor de todos

Pero lo juro ante Dios mismo

Yo solo quiero

Lo mejor para mis hijos…

Porque los amo, mas que nadie en el mundo.

 

Francisco Rodríguez

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Porque no digo papa...


¿POR QUÉ NO DIGO PAPÁ?

 

     Mamá, quiero preguntarte una cosa

y por favor quiero una respuesta

no me digas que no de lata

o que te encuentras indispuesta

ni tampoco me vayas a decir

¡vete a ver si ya puso la cerda!

 tampoco me des dinero

para que vaya a la tienda

que no tengo ganas de nada

solo de oír haber que me contestas.


      Y es que en la escuela me dijeron

que papá tiene otra vieja

y que con ella otros chamacos

que viven en una casa grande que tiene hasta alberca

¿verdad que eso no es cierto mamá?

¿verdad que mi papá es muy bueno?
que yo se que el me quiere y el sabe que lo quiero

pero lo que te quería preguntar mamá

es que ¿por qué no le digo papá

y le tengo que decir abuelo?


      Mira, si él vive con nosotros

él me compró mi pantalón, me compró mi camisa

él nos trae la comida

los domingos nos lleva a misa

mamá, perdona que insista en saberlo

pero¿ porque no le digo papá y

le tengo que decir abuelo?

      

 

 

¿Que ya no te acuerdas de aquel festival

que hicimos un día en la escuela?

que nos tenía que llevar el papá

así lo decía la esquela

pues él fue el que me llevó

si hasta me acuerdo que me vestiste de payaso

y que me pusiste un gran mostacho

pues cuando yo salí a bailar, el a todos les decía

¡miren, miren, ese es mi muchacho!

entonces yo bailé solo para él

porque me daba tanto gusto de verlo

entonces, si él fue el que me llevó

¿por qué no le digo papá

y le tengo que decir abuelo?

      

 

¿Qué ya no te acuerdas cuando estuve enfermo

que primero me dio rubéola y luego la escarlatina

que no teníamos dinero

para comprar mi medicina

que él tuvo que vender su reloj antiguo

aquel que tenía una cadena fina

y luego cuando me alivié, yo lo vi rezar,

 lo vi llorar agradecido volteando a ver el cielo

y eso, solo lo hace un papá, entonces

¿yo porque al mio le tengo que decir abuelo?

¿que porque esta viejito?

¡aaah! eso si que no es cierto

si el de Jorge esta cojito

y el de Pedrito esta hasta tuerto

¿qué no has visto al de Anita?

que ya casi no tiene pelo

pero ellos si les dicen papá

y yo al mio le tengo que decir abuelo.

Y es que yo quiero decir papá

papá ya vine de la escuela

papá, cuéntame un cuento

papá, cuanto te extraño

papá, cuanto te quiero.

¡Pero mamá! ¿estas llorando?

¿yo te hice llorar con mis tonterías?

dime que puedo hacer

para que otra ves sonrías.

Si no es cierto que yo quiero decir papá

mira, ¡Abuelo, abuelo y ya!

 ¡mamá! ¿quieres que vaya a la tienda?

o…quieres que haga mi tarea de mañana

no…ya se mejor me voy 
...¡VOY A IR A VER

SI YA PUSO LA MARRANA!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

jueves, 17 de abril de 2014

Macrina, segunda parte del poema, despiertese madresita.


Macrina

 

Le endilgaron un chamaco

A la pobre de Macrina.

Al principio ni ella supo

Como fue que sucedió

A lo mejor fue en las fiestas

Del patrono San Patricio

A lo mejor fue en la boda

De su primo Melitón.

__¡Pal caso es lo mesmo!

Dijo su tata Toribio

__ ¡La muina no me la quita

Ni el mismísimo patrón!

 

Y ahí sta que a la Macrina

Le fue creciendo la panza

Al igual crecía la duda

Del que se la originó.

__Que a lo mejor fue Pascual

Porque es re querendón

__Pa mi que fue Severiano

No ven que ya se juyó.

 

Ella nomás no responde

Cuando el tata la cuestiona

Se trenza y se re trenza

Su mata de pelos prietos

Mientras niega con la testa

A todos los requerimientos

 

__¿Habrá sido Rogaciano?

Ya ven que es re mula

¿Te estrujó? ¿lo hizo a la juerza?

¡Ya ves por ponerte chula!

Que te dicía de las naguas

Enseñando  las rodillas.

Tú provocas a los hombres

Se te ven las pantorrillas.

¡Quien jue

Quiero saber  su nombre!

Pa quebrarle las costillas.

 

Nada se saca en claro

Y al filo de la suposición

Se vino pasando el tiempo

Hasta que la chamaca parió.

 

__Ahora si vamos a ver

A cual jijo se parece.

Tiene la trompa de Chano

Los ojos de Apolinar

__Yo les apuesto y les gano

Que es de uno de los Aguilar.

__Nombre, en esos se parece

Solo en la forma de miar.

 

__Dejen que crezca poquito

Entonces si…solo se va a delatar.

 

Carajo Chamaco,

Bastaba nomás con verlo

Dialtiro se parecía 

En toditito al abuelo

Y  le llamaron Toribio

Pa que nadie se asombrara

Pa que se acabaran suposiciones

Pa que se acabaran las habladas.

 

Y creció al lado del tata

Arriando la burra

Sembrando el cuamil

Cargando la petaca

Los ganchos, el quimil

Calzado con huaraches

Con  sombrero de petate

Pantalón remendado

La camisa a jirones

El rostro asoleado.

Rotos los calzones.

 

Tragando pitahayas

Atrapando Zinzontles

Las carpas del río

Las bestias del monte.

Orgullo era del tata

El que un día lo avergonzó.

 

Pero el tata no le duró mucho

Las fríos se lo tragaron

Le secaron la carne

Y una mañana temprano

Lo llevaron al panteón.

 

Se quedó sola la madre

Con el salvaje lebrejo

Chiquigüites de ropa

A lavar al río de ajeno

A las pizca, de mucama

Ayudar a las paridas

Cuando ocupan de estar en cama.

 

Ni esperanzas de escuela

Crece Toribio sin letras

Pero bueno pal trabajo

Pa la siembra, pa las pelas.

No hay otro chalán

Que haga mejor la mezcla.

 

Apenas cumplió los quince

Cuando empezó con su brete

__ Mama, quiero ir pal Norte

__ ¿Qué te volviste demente?

__ No mama, me dijo un maistro

Que allá se gana rete harto

Que naiden sienta allá el hambre

Que todos train buenos trapos.

__ No les hagan caso

Yo nunca he visto que

Vuelvan de allá tan guapos.

__ No mama, eso dijeron

Le juro que es verdad cierta

No vio que el hijo de Cipriano

Compró hasta una bicicleta.

Y a luego don Asunción

Que dizque ya se mercó una huerta.

Déjeme ir mama

Verá que con lo que le mande

Usted va a andar toda galana

Ya no va a lavar al río

Y se va a sentir tan ufana

Cuando le digan que su hijo

Es el que mas dinero gana.

 

¿Quién se opone al destino?

El río creció mientras lavaba

Con lágrimas de ausencia

Con lágrimas del alma.

 

Toribio se fue pal Norte

pero el destino se opuso

para que hiciera mucho dinero

por allá, trabajando de jardinero

podando un aguacate

se cayó desde lo mas alto

y se reventó el gasnate

se le quebraron las costillas

sus sueños se volvieron pesadillas

 lo regresaron muerto a su terruño

 

Maldito sea el destino

Malditas las ilusiones

Maldita esta pobreza

Que apartó dos corazones.

 

 

El día que lo enterraron

Fue al panteón todo el pueblo.

Macrina miró a un hombre

El hombre miraba al suelo.

Se cruzaron sus miradas

Se atisbaron  con misterio.

El hombre también lloraba

Pero sin ruidos, discreto.

Para que nadie se lo notara..

 

mil palabras se dijeron

en el silencio de su mirada

__ Se nos murió nuestro hijo Gonzalo

__ Se nos murió nuestro hijo  mi amada.

__ ¿Me sigues queriendo Chalo?

__ Te sigo queriendo mi alma.

__ Sigues tu siendo muy  rico

Y yo sigo siendo  pobre

__ Sigues siendo hermosa

En tu bella piel de cobre.

Y yo igual de cobarde

Igual de mísero en mis millones.

__ Ya me voy pa mi jacal

A llorar de mi hijo la ausencia

__ Yo vuelvo con los míos

A sufrir sin tu presencia

A llorar todos mis miedos,

A envidiar que tienes  fuerzas

A seguir siendo  aprensivo

Esclavo de los orgullos

Temeroso de los murmullos

Infeliz, incapaz, furtivo.

Vete hermosa Macrina

A llorar porque el destino se te opone

Yo a culparme por este niño.

Ojalá y un día…

Ojalá y un día…

Mi Dios me lo perdone.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

sábado, 12 de abril de 2014

La pobre de Maria la loca.





LA POBRE DE MARIA LA LOCA.


 


Hay boda, hay fiesta, hay jolgorio


Qué bonito, que elegante matrimonio


por vida de Dios ni quien lo pensaría


él, que tan solo sus vacaciones vino a pasar


se enamoró de la rancherita que hoy lleva al altar


por vida de Dios, que suerte tiene María.


 


Pero como no, si esta tan chula la morena


tan re noble, tan re buena


con esos ojazos grandes que tienen mirada triste


con los que conquistó a el que vino de las ciudades


y la desposó sin importar las sociedades


ni la ropa humilde con la que ella se viste.


 


Que hermosa fue su luna de miel


cuando sin condición entregó su piel


y vivió las noches de mayor delirio


pero muy pronto se acabó su felicidad


pues apenas llegaron a la ciudad


y empezó para ella un eterno martirio


 


No fue aceptada por la familia de su esposo


y ahí se le terminó el gozo


pues la atacaban sin que hiciera nada


ella era ignorante, analfabeta, inculta


como  ese proceder a la sociedad insulta


 terminó siendo para ellos una criada.


 


¡Lava la ropa, tiende la cama, friega los pisos


ten más cuidado, mira los muebles están cenizos


ya no soporto que hagas mas tonterías!


Que diferente esta ahora su amado


no la defiende aunque sabe que está en estado


pues espera un hijo la pobre de María.


 


Ya para finales del otoño


 trajo a este mundo un retoño


que fue el orgullo de la abuela paterna


pero también fue la luz de María


su consuelo, su alegría


un pretexto para tener dicha eterna.


 


 Un motivo para terminar pronto sus quehaceres


y estar con el dueño de sus quereres


el pequeño que a diario la desvela


el niño que se parece a su padre


pero tiene los ojos tristes de su madre


y  no quiere los brazos de la abuela.


 


Un día empiezan a cambiar todos con ella


la elogian, la alaban, le dicen que es muy bella


 y cariñosos le daban la lección


la enseñaron a escribir su nombre


 un día lo escribe junto con su hombre


en un papel, sin que le den explicación.


 


La divorciaron en esa forma cobarde


ella aceptó  gustosa que esa misma tarde


la llevaran a su pueblo a pasar las vacaciones


que crueles, que indignos de auto llamarse humanos


pues llegando al pueblo la tomaron de las manos


y la bajaron del auto a gritos y empujones.


 


 Desde el suelo escuchó que ya no era suyo aquel niño


que al firmar, había entregado su cariño


y que la ley en eso era verdadera


partieron a toda prisa, y María corrió tras ellos


hasta que de sus fuerzas ya no hubo destellos


y calló desmayada a media carretera.


 


Cuando despertó, fue a ponerse el vestido de su boda


se empanturró con cremas todas


y empezó a mandar como si fuera la patrona


todo lo miraba como un sueño


pero de repente recordó a su pequeño


y su llanto parecía al de la llorona.


 


Más de un pueblerino fue asustado


cuando por andar de desvelado


se encontraban con María de madrugada


 ella les exigía que le dieran a su bebé


pues para ella, cualquier hombre culpable fue


de la desgracia mencionada.


 


 Un día la miraron venir muy sonriente


enredado en un trapo mal oliente


venía con su hijo del basurero


al niño le faltaba un ojo


muy mugroso, medio cojo


pero para ella era hermoso como un lucero.


 


Por supuesto era de plástico la criatura


pues aquel muñeco vino a ser en su locura


el consuelo que su alma necesitaba


lo trataba como cualquier madre trataría a su niño


lo llenaba de besos, de caricias, de cariño


y por las noches, le cantaba, le cantaba.


 


A mirarla con su muñeco se acostumbró la gente


y por estar distraída de la mente


la pobre de María la loca la llamaban a donde fuera.


Se volvió apacible, tranquila, amistosa


¡aaah!, pero si le agarraban a su hijo era otra cosa


 entonces se convertía en una fiera.


 


 Ya ven ustedes como son los rapaces


que con tal de divertirse de todo son capaces


pues a veces los malditos le escondían el juguete


o jugaban aventándoselo entre ellos


y la pobre angustiada se jalaba los cabellos


mientras todos reían por aquel sainete.


 


Pues resulta que en cierta ocasión


unos chiquillos corrían a todo pulmón


con el hijo de María a aventones


ella tras de ellos imploraba por el dueño de sus besos


cuando de pronto, un joven agarró a los traviesos


y con coraje les dio sus coscorrones


 


y le llevo su muñeco a María


ella lo veía y lo veía


a este tú ya antes lo viste


porque me parece tan bonito


porque me parece un angelito


porque tiene la mirada triste.


 


 El joven con lágrimas en los ojos


poco a poco callo de hinojos


sorprendiendo a propios y extraños


la gente lo entendió hasta que a María le dijo


__Mamá, no me reconoces, yo soy tu hijo


el que te quitaron ya hace muchos años.


 


Si mamá, mírame, yo soy tu niño


al que nunca le pudieron desbaratar el cariño


por la mujer que me trajo a este mundo


hubo otros brazos y otros besos


pero yo solo quería tus embelesos


nunca olvidé tu amor tan profundo.


 


Se que te hicieron daño para que no fuera a quererte


pero ya estoy grande y voy a defenderte


ahora solamente voy a ser tuyo


te vas a venir conmigo


y cuidado con que alguien sea tu enemigo


papá y abuela se tendrán que tragar su orgullo.


 


 Y cuidado con que quieran volver a dañarte


te vas a venir conmigo y vas a curarte


serás la reina que siempre debiste haber sido


ven, dejarás este infierno para ir al cielo


la condujo a un auto de reciente modelo


la gente lloraba por lo ahí sucedido.


 


María parecía no entender aquello


solamente miraba a aquel joven bello


escuchando sus palabras como con un eco


y se dejo conducir por él dócilmente


pero que estaría pasando por su mente


que en la calle, poco a poco dejo caer su muñeco.


 


 


 


 


 


 


 


 


 

lunes, 17 de marzo de 2014

El nino y el Perro,,,,una amistad hasta la muerte


EL NIÑO Y EL PERRO

 

Leobardo tenía un perro llamado Lobo

O …Lobo tenía un niño llamado Leobardo

 

Como quiera que fuera

Aquel par eran una singular pareja

Un niño flaco con cara de ángel

Y un perro  blanco que tenía caída una oreja.

 

Desde antes de que Leobardo naciera

Ya Lobo era la mascota de aquel hogar

Perro noble, guardián inteligente

Cuidado con aquel que de noche quisiera entrar.

 

Tenía por parte de su madre sangre salvaje

Era hijo de una loba que tuvieron en el encierro

Pero también era pastor alemán

Pues de esa raza era su padre, un perro.

 

Perro lobo, lobo perro

Y lobo le pusieron porque ese era su aspecto

Terror de todos los canes del vecindario

Asesino de coyotes, pues hablando al respecto

Era un perro verdaderamente sanguinario.

 

Muchas hazañas se contaban del perro lobo

Hasta de haber matado a un león en la sierra

Por eso el cambio que sufrió al nacer Leobardo

Es algo que un misterio encierra.

 

Cuentan que aquel día el perro estaba echado

Curioso por ver tanta gente entrar y salir de la casa

Que de repente escuchó el llanto de un niño

Y al momento cambio su traza

 

Se acercó a la cuna del recién nacido

Y antes que lo sacaran con premura

Contemplo embelesado a la criatura

Y desde entonces quedó a él prendido.

 

Ya no quiso ir al monte con el amo

Ya no Salió a perseguir conejos

Ya no le interesaron los pleitos con los otros perros

Ni cuidar del amo, la yunta y los aparejos.

 

Se quedaba en casa pendiente que el niño no llorara

Pues apenas lloraba la criatura

Ladraba el perro con tanta premura

Que la madre tenía que ir a ver que  les pasaba.

 

A veces la mujer ocupada en sus quehaceres

ignoraba el llamado que le hacía la mascota

Lobo desesperado volvía con el niño

a hacerle gracias, a divertirlo con su pelota

 

un día se le ocurrió al perro lamer sus costillas

y el bebe entonces soltó una risotada

no soportaba que le hicieran cosquillas

y ese fue el remedio que Lobo le aplicaba.

 

Aprendió a gatear por su perro acompañado

Los primeros pasos los dio prendido a su oreja

El can, dócil como una oveja

se agachaba para ser por el niño agarrado

 

Por tanto agarrón poco a poco la oreja se le fue doblando

y es que Leobardo junto con su podenco

se hicieron tan vagos, que llegó el momento

que su pobre madre se lo llevaba buscando

 

A los tres años el niño ya conocía toda aquella comarca

Subían al cerro, iban al arroyo, a la plaza

Apenas amanecía y desaparecían de casa

La madre para encontrarlos seguía su marca.

 

Dos piecitos descalzos junto a las patas de perro 

La gente se acostumbró a ver al niño con su Lobo

El animal siempre agachado estirado de la oreja

Que había quien lo llamaba el perro bobo.

 

Pero cuidado si sentía que en peligro estaba el mocito

Al momento se convertía en una fiera

Ni importaba quien o lo que fuera

Daría su vida por defender a su niñito

 

Peleó con otros perros, con un toro bravo

Ahuyentó coyotes, mató serpientes

Su valor quedó demostrado

De formas muy diferentes.

 

Cuantas frases recuerdo de Leobardo  su léxico infantil

__Vámonos obo, obo, cómente tus totillas

Dame la odeja obo, amono a domil

¡No obo, ya no me hagas coquillas!.

 

Cuando la noche caía

Y el mundo se quedaba en calma

El niño sentía paz en su alma

Porque Lobo bajo su cama dormía.

 

Pero llegó diciembre….

Un diciembre, frío, largo, cruel

Quien habría de imaginar

Lo que iba a pasar con el niño aquel

 

Enfermó, tal vez por andar en la vagancia

Empezó con una especie de resfrío

Vino la fiebre, sudores, desvarío

Su cuerpecito temblaba lleno de ansia

 

En sus alucinaciones se repetía esta  palabra

__Obo, obo, Vámonos obo, __luego reía con sus rencillas

__¡No obo, no me hagas coquillas!

El perro al escucharlo solo  ladra, ladra y ladra

 

Un día mira que sus padres se lo llevan

Envuelto en una cobija y con premura

Suben en un auto, Lobo escucha a la criatura

Que lo llama, pero…a él ahí lo dejan

 

Se van, Lobo los sigue a toda prisa

Pero es imposible, no los alcanza

Vuelve, es insoportable la tardanza

¿En dónde esta su niño? ¿En dónde está su risa?

 

Pasan los días y sigue la cruel ausencia

Lobo desesperado no tenía sosiego

Buscaba a Leobardo, ocupaba su presencia

Le faltaba igual que la luz a un ciego

 

Corría al arroyo, iba a la plaza

Subía al cerro y su busca era vana

Luego volvía otra ves a casa

Para echarse bajo su cama.

 

Por fin volvieron sus amos los señores

Pero vamos, ¿En donde esta Leobardo?

¿Por qué mi ama esta llorando?

¿Por qué traen esa caja tan adornada con flores?

 

Ponen la caja en el suelo

Y lo que ve Lobo lo deja sorprendido

Leobardo está ahí, como si estuviera dormido

Pero esta frío como envuelto en el hielo

 

Se acerca a él, le gime, lo llama

Luego lame sus costillas

No despierta, no le hacen las cosquillas

A su mente de perro llega el drama

 

Lo entiende por ser inteligente

No es normal que el niño este inerte

Ese es el estado que causa la muerte

Y la muerte también Lobo la siente.

 

Le duele, no resiste la verdad tan cruel

Aquello no puede ser cierto

Su niño no puede estar muerto

¿Por qué si el era su perro fiel?

 

Del fondo de su pecho salió el aullido

Lleno de dolor, salvaje, violento

Como su madre la loba, le gritó al viento

Todo el martirio que al momento había sentido

 

Y lloró, con un sonido largo e inaudito

Lloró a la par de la madre de aquel ángel caído

Se confundía el ladrido con el grito

El triste lamento con el dolido aullido.

 

Con una fuerte cadena fue amarrado

Para mantenerlo alejado

del pequeño cajón

Ni siquiera lo soltaron cuando fueron al camposanto

Se quedó solo, con su angustia, con su llanto

Gimiendo con desesperación.

 

Regresaron sus amos y ya no traían a su niño

Lo soltaron y él fue a echarse debajo de su cama

A seguir llorando la ausencia, a recordar su cariño

Así duro algo mas de una semana

 

No probaba bocado,

Le arrimaban agua y comida

No hacía caso a ningún llamado

Se sentía que ya no quería la vida

 

La madre de Leobardo con angustia

Al mirarlo en aquel deprimente estado

Se acercó a él y con voz triste y mustia

Le habló así al animal echado

 

__Ven Lobito, ven animalito hermoso

No quiero que te me vayas a morir

¿Crees que a mi no me duele?

Yo también estoy sufriendo, pero debo de vivir

 

Era mi tesoro, mi amor entero, mi niñito

Yo entiendo tu dolor, todo tu celo

Pero entiende que él era un angelito

Que ya ocupada Dios, allá en el cielo.

 

Lobo gimió, lamió la mano de la mujer

Se levantó y permitió que ella lo abrazara

Tomó un poco de agua e intentó comer

Como para hacer que ella se calmara.

 

Salió al patio y parecía que todo volvía a ser normal

Sin embargo era notoria su tristeza

Fue al arroyo, al río, al breñal

Parecía como que algo le rondaba la cabeza.

 

Esa misma noche, noche de luna llena

Ya cuando sus amos dormían

Salió con rumbo a la hacienda

Allá en donde el toro bravo vivía.

 

Brincó los corrales buscando al semental

El toro de lidia mugió por su presencia

Lobo lo atacó, con rabia, criminal

Con toda su salvaje esencia

 

Clavó sus colmillos en la piel del vacuno

El toro se defendió tirando de cornadas

El perro débil por tanto día de ayuno

Pronto lo soltó por una de sus patadas.

 

En medio del corral quedó tendido

El toro embistió como una puñalada

Lobo se sentó y esperó la estocada

Como si solo a eso hubiera ido

 

Entró el cuerno, rasgó la piel

Brotó la sangre, se escuchó el aullido

El perro bueno, el perro fiel

Salió del corral con el pecho herido.

 

De sangre que salía de junto a su corazón

Mientras corría iba dejando el rastro

Se manchó la tierra, se manchó el pasto

Se manchó el camino que conduce al panteón

 

Apenas tuvo fuerzas para llegar al cementerio

Y fue a echarse junto a la tumba mas reciente

Para toda la gente  siempre fue un misterio

¿Como supo en donde estaba enterrado el inocente?

 

Con sus patas removía la tierra suelta

Parecía que quería llegar hasta su amo

Pero solo pudo escarbar un pequeño tramo

Se desvaneció, la vida dio su última vuelta

 

Amaneció… triste y fría mañana de invierno

Un campesino que pasaba por el camposanto

Vio ahí al perro manchado de sangre y tierra

Sintió tanta lástima que casi suelta el llanto

 

Con su pala hizo un hoyo a un lado de la tumba

Y ahí arrojó los despojos del canino

Luego dio media vuelta para seguir su camino

Cuando escuchó unos ruidos de ultratumba.

 

__ No Obo, no, no me hagas coquillas.

Un ladrido gustoso y palabras con mucho cariño.

El hombre no volteó el rostro, y siguió caminando

Solo era Lobo…Lobo  que de nuevo jugaba con su niño.






Francisco Rodriguez